Vibramundos
VIBRAMUNDOS

Álvaro Narbona canto armónico cuencos cuarzo

Álvaro Narbona

Canto armónico, cuencos de cuarzo

Nacido en Madrid y amante del sonido desde la infancia, Álvaro Narbona es músico, investigador y formador de terapias vibracionales. Desde el año 2.005 realiza relajaciones y formaciones con cuencos de cuarzo y canto de armónicos tanto en España como en el extranjero, destacando su participación en eventos musicales: en el Festival Le Revé Aborigène y el Château de Lagarde en Francia.

Amante de la vida en todas sus facetas, en su búsqueda espiritual Álvaro compagina el estudio de la voz y el sonido cristalino del cuarzo con el aprendizaje de las terapias naturales y su aplicación a la salud. Vive en armonía con la madre tierra en plena sierra madrileña, donde le canta y fricciona los cuencos a los elementos, árboles y aves.

Por sus cualidades armónicas y terapéuticas, actualmente incorpora en sus clases y actuaciones otros instrumentos conocidos como el shuruti box, el tambor oceánico, caracolas, gongs y crótalos tibetanos.

El sonido cristalino del cuarzo, traducido en ondas, viaja a través del espacio encontrando resonancia en nuestros cuerpos. Nuestro sistema sanguíneo es naturalmente cristalino. Las dendritas (conexiones neuronales de nuestro cerebro), el fluido cerebro-espinal, los huesos, dientes, cabellos, uñas y las proteínas, entre otros, también son básicamente biocristalinas. Pueden considerarse cristal líquido pues sus estructuras tienen una relación directa con las del cristal sólido.

El cristal actúa también sobre el sistema nervioso parasimpático a través del nervio óptico. Los ojos perciben la energía luminosa más allá del espectro de la luz visible. La visión periférica es más sensible a la energía más sutil, como es el caso del aura; por medio de la visión periférica nos conectamos a los diferentes planos de energía.

La percepción de la luz a través de la visión periférica influye directamente en las glándulas pineal y pituitaria y al ser ambas "antenas de cristal" pueden recoger la luz ultravioleta: podemos visualizar dentro de la mente un pequeño cuenco de cuarzo que recoge la energía sutil y la distribuye a lo largo del sistema endocrino. Quienes poseen sólida práctica en la meditación o en la música pueden recoger la luz violeta a través de las dos glándulas.