Los compases de la música tradicional son difíciles de romper. Necesitan un ejercicio de entendimiento, de comprensión total y control sincero para que, a fuerza de corcheas, se consigan intercalar entre su pentagrama los sonidos del mundo. Wafir Sheik Gibril es un músico sudanés, nacido en Kordofán. Es intérprete de acordeón y laúd árabe, aunque domina también el Saz o laúd de mástil largo, el rabab y la viola, y algunos instrumentos de percusión, como los bongos sudaneses y el bendir. Su trayectoria está hecha de contrastes: ha colaborado con grupos como Amistades Peligrosas, Hevia, o Joaquín Ruiz (flamenco) y Eduardo Paniagua (medieval).
"Wafir es un músico que ama la música y que antepone la belleza y el sentimiento a otros apellidos que la definan: blanca, negra, árabe o judía. Por ello transmite un talante de respeto abierto y creativo en todas sus creaciones y colaboraciones. En sus interpretaciones podemos vislumbrar la sabiduría del viajero que aporta lo que trae aprendido y lo que aprende en el contacto de los mundos nuevos que descubre. Su base es la cultura del río Nilo; siglos de civilización humana." (Eduardo Paniagua)
Su primer disco en solitario, Nilo Azul, está lleno de recuerdos. La música es un encuentro entre Oriente y Occidente. Los acordes coquetean y el laúd, mágico, sorprende a España, Irlanda o Bulgaria, con trucos de Sudán.
El laúd nos transporta a la soledad y el vacío de un paisaje desértico, sereno y desnudo.